Presidenta

Madrileña y abogado, soy nieta e hija de dos furibundos atléticos y me enorgullece ser madre de dos grandes colchoneras. Mi abuelo decidió que le acompañará al Calderón con tres años para sustituir a mi abuela que era madridista. A él le doy las gracias por inculcarme esta filosofía de VIDA que mis hijas aprendieron desde pequeñas y gracias a la misma saben vivir en las alegrías y en las penas.

Vicepresidenta y secretaria

Hablar del Atleti es hablar de mi vida. He tenido la suerte de nacer en el seno de una familia rojiblanca y no me he planteado nunca que podría haber elegido otros colores, (como era mi familia materna). Podría decirse que he nacido con ellos y nunca he renegado de ellos, más bien al contrario. Representan unos valores que se identifican con la educación que hemos recibido en casa, acordes con las máximas que nos repetían mi abuela paterna y mi padre como “nadie da duros a pesetas” o esa frase tan de moda “si se trabaja, se puede”. Mi padre nunca nos influenció, no hizo falta. Soy del Atleti y no me imagino de otra manera. Si les preguntáis a mi familia o a mis amigos por alguna cualidad o característica mía, si es que la tengo, no sé qué os dirían , pero lo que sí os dirán, sin duda, es que soy del Atleti hasta la médula y eso lo he llevado siempre con mucho orgullo, al igual que lo lleva mi hija.

Tesorera

Nací y me crie lejos del Calderón, en un pueblo de Zamora donde se hablaba poco de fútbol. Cuando me marché a Salamanca a estudiar medicina, no sé cómo, descubrí mi gran amor: el Atleti.

Nunca he sido capaz de explicar el porqué. Nadie me contó nada sobre las rayas rojiblancas, así que cuando me preguntan, solo sé contestar que es como una vocación: el Atleti me eligió y yo no quise hacer otra cosa que seguirlo.

Y, ahora, después de unos cuantos años de verlo desde la distancia, por fin, puedo disfrutarlo como siempre quise, en el campo. Y, además, con la inmensa fortuna de haber podido transmitir a mi hijo mayor esta gran pasión.

Vocal

Como dijo Ovejero, «El Atleti es por dentro».
Creo que no me puedo definir de otra forma. Todo en mi vida es en rojo y blanco. El mejor legado que me dejó mi padre es ser atlética por dentro y por fuera, como él lo era. Toda una vida dedicada al amor por los colores rojiblancos, fueran niños de 8 años, chicas, balonmano o el primer equipo, si jugaba el Atleti, ahí estaba él. Pues con ese ejemplo he crecido, sigo viviendo y viviré, transmitiéndoselo a mis hijos que casi son más atléticos que yo( uno de ellos se llama Paulo…) . Junto a ellos, mis hermanos y sobrinos, no nos perdemos un solo partido en el Metropolitano y en muchos lugares de España y Europa. He defendido la camiseta del Atleti como jugadora de hockey llegando a ser campeona de la Copa de la Reina y subcampeona de Europa. Todo un honor.

Aúpa Atleti!!!